lunes, 9 de marzo de 2009

Melodía de un lector compulsivo



A veces una crisis personal clausura puertas pero abre ventanas imprevistas. Pablo Braun arrancó 2004 sin proyectos. Se separó y renunció al trabajo en una fundación que compartía con su ex pareja. “Me encerré y leía doce horas por día; me odiaba todo el mundo. Leí casi 300 libros en ocho meses, de los 500 que me había comprado. Lo único que hacía era leer e ir a las librerías”, recuerda Braun, ahora con 33 años, en el bar de Eterna Cadencia, en Honduras y Fitz Roy. “Pensé en abrir una librería sin tener idea de cómo funcionaba este mundo; soy un librero autodidacta, aprendí del ensayo-error. Empecé a buscar casas, y compré ésta en septiembre de 2004. La obra para reciclarla me llevó un año y tres meses.” Hasta que inauguró la librería –quizás una de las más lindas, que logra que alguien se sienta “en casa”– el 20 de diciembre de 2005. “Como soy muy ciclotímico, tuve mucho miedo, pero no me arrepiento”, afirma Braun.

“Eterna Cadencia es lo que significa para mí la literatura”, revela Braun. “Me gustaba más Desasosiego, y aunque me desaconsejaron que le pusiera ese nombre, como soy muy terco estaba muy decidido. Hasta que un día se me ocurrió Eterna Cadencia, por el movimiento, el eterno paso del tiempo y la eterna búsqueda de la sabiduría a través del libro.” Con la librería inaugurada, a Braun le picó el bichito de la editorial propia. Se anotó en un curso de edición y la primera clase dijo que quería tener una editorial. Lo cumplió, aunque algunos compañeros lo hayan mirado con esa expresión entre risueña y compasiva que generan los personajes que deambulan por los cursos. El azar o el destino lo cruzó con Leonora Djament, joven editora con vasta experiencia tras su paso por Alfaguara y Norma. Después de charlas e intercambio de figuritas, se dieron cuenta de que había una sintonía fina, y Braun logró tentarla para el proyecto editorial.

Braun cree que se está formando un circuito librero-editorial en Palermo. “Quiero una librería donde la gente venga, por eso tenemos el bar y hay una determinada selección de libros, porque no me interesa tener una librería de paso con libros de Coelho. Mi intención es que sea un pequeño centro cultural literario; que no sólo vengan a comprar libros sino a charlar. Ahora estoy pensando en organizar debates los martes.” ¿Cierran las cuentas de una librería que publica libros? Braun se ríe y responde: “Estamos en el mundo de la cultura, si querés hacer plata, andá a vender heladeras”.


Eterna Cadencia

Honduras 5582 (Esq. Fitz Roy)
Palermo . capital Federal

Tel. 4774-4100

www.ETERNACADENCIA.COM

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