Si alguien tiene alguna duda de por qué es importante leer, lea el siguiente artículo que encontré en la web de la Editorial Media Vaca - Artículo publicado en el número 200 de la revista Clij (enero 2007) con el título «43 respuestas acertadas».
1. Por obediencia. Nos mandaban leer en el colegio. Recuerdo que había que leer en voz alta un cuento con una princesa Hamaranbadahada y me quedaba enganchado. Insistí en casa. Ahora no puedo sacarme el nombre / 2. Por afán de imitación. Para ser como mis padres /3. Para dar ejemplo a mis hijos / 4. Para recuperar a mi padre. Murió cuando yo era niño y dejó todos aquellos libros en la biblioteca. ¿Leyéndolos conseguiría averiguar algo de cómo era? / 5. Para encontrarme a mí mismo / 6. Para encontrarme con los demás / 7. Para huir de los demás / 8. Por distraerme. El tiempo pasaba entonces muy despacio y no había esa gran oferta de máquinas con botones / 9. Por envidia. Escuchaba a alguien que utilizaba una palabra que yo no había oído e instantáneamente la quería para mí. Me preguntaba: ¿cómo sabrá eso? ¿será porque lee? / 10. Por diversión. Tal vez mis aventuras favoritas fueran las de Mortadelo y Filemón, pero hoy recuerdo con más cariño los extraordinarios relatos de Tío Vázquez / 11. Por curiosidad. Ella le llamó promiscuo. Y él salió corriendo a mirar el diccionario /12. Por afán de notoriedad. Cuando me preguntan «¿Has leído todos esos libros?» respondo «Algunos no» / 13. Por afán de invisibilidad. El avestruz esconde la cabeza en un hoyo y cree que no lo ven; el lector esconde la cabeza en un libro y de igual forma desaparece / 14. Para sentirme un explorador. De lo que hablan los libros del Marqués de Sade (una de cada cincuenta páginas) o Pierre Louÿs no es fácil tener noticia a través de testimonios directos / 15. Porque soy demasiado cobarde para vivir una vida de peligros / 16. Para encontrar una buena frase. Por ejemplo ésta de Juan Ramón: «Más vale arder una vez que asegurarse 365 contraincendios al año» / 17. Por el placer de una historia bien contada / 18. Para dar a la cabeza mejores cosas que soñar durante la noche / 19.Para combatir el dolor. Hay quien lee oraciones o fragmentos de El principito; seguramente con idéntico fin —consolarse— escribió Saint-Exupéry su libro / 20. Para aprender a escribir. ¿Cómo han dicho otros aquello que yo quiero decir? / 21. Para no tener que escribir. Si descubro que otros ya lo han dicho bien, ¿para qué repetirlo? / 22. Para informarme y averiguar qué cosa es esa pelota postal descascarillable de la que todo el mundo habla / 23. Para aprender a mentir y regalar al mundo las mentiras mejores / 24. Para conocer la verdad. Con la esperanza además de que exista una última verdad tranquilizadora / 25. Porque nunca digo que no a nada / 26. Porque nadie me obliga a hacerlo / 27. Por nada en especial, porque no parece una actividad seria / 28. Porque me han dicho que lo que vale la pena es releer, y ya me voy preparando / 29. Porque es imposible no leer un libro titulado Veinte poemas para ser leídos en el tranvía (Oliverio Girondo) / 30. Por inercia. Aprendiste a leer, leíste y leerás. También las pancartas en las manifestaciones y los mensajes que la gente adhiere a los troncos de los árboles / 31. Por ignorancia. Pensaste que leer te iba a hacer más listo o que te ayudaría a hacer amigos / 32. Para combatir la ignorancia / 33. Para viajar en el tiempo / 34.Porque es una pena no aprovechar tantos libros, con lo que ha costado hacerlos, ¡con lo que ocupan! /35. Porque tal vez en los libros se encuentre lo que busco / 36. Porque aunque en ningún lugar se encuentra lo que busco, y menos en un libro, al menos leer no cansa como cansan otras cosas / 37.¿Por qué no? / 38. Por estética. Porque el que lee compone una figura tan bonita como la del pescador de caña / 39. Para saberlo todo / 40. Para olvidarme de todo / 41. Para volverme virtuoso / 42. Por vicio. Es una manía que adquirí y no he podido corregir / 43. Por razones que no recuerdo.
Vicente Ferrer
Y un libro que debería tener:
El navegante se llama Bernardo Atxaga y su empeño es navegar sosegadamente por el río de la literatura para niños y jóvenes. Este texto tuvo su origen en una conferencia que el escritor vasco impartió a maestros. El periplo de Atxaga –no se sabe si en barca, canoa o balsa a lo Tom Sawyer– se inicia en las primeras letras del alfabeto para terminar, algo precipitadamente, en la Z. Ya embarcado, en la A le espera –inevitablemente– Alicia, sentada junto a su hermana a la orilla de su propio río. La B le conduce a Bagdad y al mundo de los cuentos de Las mil y una noches. La travesía y reflexiones de Atxaga se ven interrumpidas en varias ocasiones por un misterioso interlocutor que le hace preguntas y apostillas desde varios lugares de la orilla. La fantasía, las corrientes pedagógicas, el humor, las fábulas o la poesía en los libros para niños, son motivo de comentarios entremezclados con «encuentros» con Pinocho y Collodi, la Duquesa de Dodgson, Michael Ende, los Hermanos Grimm, Dickens, Jaimito el chistoso, Lear, Kafka o de nuevo la fascinante Sherezade. Finalmente el navegante se topa –ha llegado a la Z– con la niña Zazie de la novela de Raymond Queneau. Fin del periplo. Es el momento de tomarse unos sándwiches y refrescos a la sombra.
Ilustración: exlibris para Ludek y Karolina, por Alejandra Hidalgo (septiembre 2003)
¿Por qué leer?
1. Por obediencia. Nos mandaban leer en el colegio. Recuerdo que había que leer en voz alta un cuento con una princesa Hamaranbadahada y me quedaba enganchado. Insistí en casa. Ahora no puedo sacarme el nombre / 2. Por afán de imitación. Para ser como mis padres /3. Para dar ejemplo a mis hijos / 4. Para recuperar a mi padre. Murió cuando yo era niño y dejó todos aquellos libros en la biblioteca. ¿Leyéndolos conseguiría averiguar algo de cómo era? / 5. Para encontrarme a mí mismo / 6. Para encontrarme con los demás / 7. Para huir de los demás / 8. Por distraerme. El tiempo pasaba entonces muy despacio y no había esa gran oferta de máquinas con botones / 9. Por envidia. Escuchaba a alguien que utilizaba una palabra que yo no había oído e instantáneamente la quería para mí. Me preguntaba: ¿cómo sabrá eso? ¿será porque lee? / 10. Por diversión. Tal vez mis aventuras favoritas fueran las de Mortadelo y Filemón, pero hoy recuerdo con más cariño los extraordinarios relatos de Tío Vázquez / 11. Por curiosidad. Ella le llamó promiscuo. Y él salió corriendo a mirar el diccionario /12. Por afán de notoriedad. Cuando me preguntan «¿Has leído todos esos libros?» respondo «Algunos no» / 13. Por afán de invisibilidad. El avestruz esconde la cabeza en un hoyo y cree que no lo ven; el lector esconde la cabeza en un libro y de igual forma desaparece / 14. Para sentirme un explorador. De lo que hablan los libros del Marqués de Sade (una de cada cincuenta páginas) o Pierre Louÿs no es fácil tener noticia a través de testimonios directos / 15. Porque soy demasiado cobarde para vivir una vida de peligros / 16. Para encontrar una buena frase. Por ejemplo ésta de Juan Ramón: «Más vale arder una vez que asegurarse 365 contraincendios al año» / 17. Por el placer de una historia bien contada / 18. Para dar a la cabeza mejores cosas que soñar durante la noche / 19.Para combatir el dolor. Hay quien lee oraciones o fragmentos de El principito; seguramente con idéntico fin —consolarse— escribió Saint-Exupéry su libro / 20. Para aprender a escribir. ¿Cómo han dicho otros aquello que yo quiero decir? / 21. Para no tener que escribir. Si descubro que otros ya lo han dicho bien, ¿para qué repetirlo? / 22. Para informarme y averiguar qué cosa es esa pelota postal descascarillable de la que todo el mundo habla / 23. Para aprender a mentir y regalar al mundo las mentiras mejores / 24. Para conocer la verdad. Con la esperanza además de que exista una última verdad tranquilizadora / 25. Porque nunca digo que no a nada / 26. Porque nadie me obliga a hacerlo / 27. Por nada en especial, porque no parece una actividad seria / 28. Porque me han dicho que lo que vale la pena es releer, y ya me voy preparando / 29. Porque es imposible no leer un libro titulado Veinte poemas para ser leídos en el tranvía (Oliverio Girondo) / 30. Por inercia. Aprendiste a leer, leíste y leerás. También las pancartas en las manifestaciones y los mensajes que la gente adhiere a los troncos de los árboles / 31. Por ignorancia. Pensaste que leer te iba a hacer más listo o que te ayudaría a hacer amigos / 32. Para combatir la ignorancia / 33. Para viajar en el tiempo / 34.Porque es una pena no aprovechar tantos libros, con lo que ha costado hacerlos, ¡con lo que ocupan! /35. Porque tal vez en los libros se encuentre lo que busco / 36. Porque aunque en ningún lugar se encuentra lo que busco, y menos en un libro, al menos leer no cansa como cansan otras cosas / 37.¿Por qué no? / 38. Por estética. Porque el que lee compone una figura tan bonita como la del pescador de caña / 39. Para saberlo todo / 40. Para olvidarme de todo / 41. Para volverme virtuoso / 42. Por vicio. Es una manía que adquirí y no he podido corregir / 43. Por razones que no recuerdo.
Vicente Ferrer
Y un libro que debería tener:
colección Libros para niños, nº 4
texto de Bernardo Atxaga
ilustraciones de Alejandra Hidalgo
Reseña que menciona la web de Media Vaca a modo de reseña del libro, un fragmento de un artículo publicado en la revista Lazarillo.
El navegante se llama Bernardo Atxaga y su empeño es navegar sosegadamente por el río de la literatura para niños y jóvenes. Este texto tuvo su origen en una conferencia que el escritor vasco impartió a maestros. El periplo de Atxaga –no se sabe si en barca, canoa o balsa a lo Tom Sawyer– se inicia en las primeras letras del alfabeto para terminar, algo precipitadamente, en la Z. Ya embarcado, en la A le espera –inevitablemente– Alicia, sentada junto a su hermana a la orilla de su propio río. La B le conduce a Bagdad y al mundo de los cuentos de Las mil y una noches. La travesía y reflexiones de Atxaga se ven interrumpidas en varias ocasiones por un misterioso interlocutor que le hace preguntas y apostillas desde varios lugares de la orilla. La fantasía, las corrientes pedagógicas, el humor, las fábulas o la poesía en los libros para niños, son motivo de comentarios entremezclados con «encuentros» con Pinocho y Collodi, la Duquesa de Dodgson, Michael Ende, los Hermanos Grimm, Dickens, Jaimito el chistoso, Lear, Kafka o de nuevo la fascinante Sherezade. Finalmente el navegante se topa –ha llegado a la Z– con la niña Zazie de la novela de Raymond Queneau. Fin del periplo. Es el momento de tomarse unos sándwiches y refrescos a la sombra.
Una excelente invitación a navegar junto al autor, quien viaja acompañado por 24 ilustraciones –resueltas con grabados al linóleo– por Alejandra Hidalgo, responsable además del diseño gráfico de toda la colección Media Vaca.
Jorge Riobóo y Mª Cruz Delgado. Lazarillo nº 2 (Madrid, 2000)
Jorge Riobóo y Mª Cruz Delgado. Lazarillo nº 2 (Madrid, 2000)
me encanta entrar en esta libroteca. me gusta conocer nuevos libros. saber de otros mundos. todas las razones de este post son buenas :) saluditos desde xalapa, veracruz. mexico
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